Descripción
- Sus propiedades medicinales y psicoactivas la han hecho equiparar al cannabis. También conocida con el nombre de cola de león, destaca por su vivo color naranja y por el efecto eufórico y sedante de sus pétalos.
- Los antiguos africanos y chinos ya la usaban, y tiene a su favor que no cuenta con el mismo estatus punitivo que el ‘Cannabis sativa’.
- Eso sí, no está recomendada para todos. Te contamos los secretos de una preciosidad que se cultiva con facilidad en muchos terrenos.
‘Leonotis leonurus’ es su nombre científico. También se la conoce como cola de león, pero en el mundo cannábico es más popular como Wild Dagga, la marihuana salvaje. Con un nombre tan atractivo, sus características no se quedan atrás y nos presentan una planta que, emparentada con el ‘Cannabis sativa’, tiene mucho en común.
El género ‘Leonotis’ tiene 48 especies distintas de plantas. Originario de África y muy extendida en el sur y el este del continente (pero expandida luego por el planeta), pueblos aborígenes como los zulúes o los bosquimanos las han usado para sus rituales. Como curiosidad, también se ha considerado un amuleto para alejar a las cobras y para curar sus mordeduras. En lo que respecta a la ‘Leonotis leonorus’, algunos chamanes mexicanos las han usado para sus pócimas secretas o fumadas con otras plantas, como la del tabaco. En África central se usaba como infusión relajante, y a Europa llegó en el siglo XVII.
A lo largo de la historia la medicina tradicional la ha usado de forma tópica y oral, previa decocción, para numerosas dolencias y enfermedades. La lista es larga: hemorroides, eczema, picores, dolor de cabeza, estreñimiento… Incluso, las hojas y flores secas se han fumado para calmar los dolores de la epilepsia. También, además de para las mordeduras de cobra, ha servido para tratar las picaduras de araña. Los científicos que la han investigado han pedido seguir con los análisis para asegurar la seguridad, eficacia y calidad en futuros pacientes, más allá de los que la han usado por sus efectos médicos.
Como vemos, el género y la ‘Leonotis leonurus’ tenían éxito entre pueblos originarios de las tierras donde se encontraba. Con el tiempo y el paso de los siglos, se fue popularizando como una alternativa del cannabis, prohibido en muchos lugares por la estrechez de miras de sus gobernantes o mal vista por unas sociedades anquilosadas. Resulta que en su interior había algo con efectos parecidos a los del psicoactivo tetrahidrocannabinol o THC, que hizo que se empezara a popularizar el nombre de Wild Dagga: marihuana salvaje.
Si salvaje es su nombre, salvajes son sus efectos. Como buen sustituto del THC, provoca un gran impacto sedante, con toques de euforia y donde los sentidos están más alerta. Pero es más suave que el cannabis. Eso sí, hay que tener cuidado con su potencia, ya que no está recomendada para personas con problemas mentales o emocionales, a los que puede sentar mal. Tampoco se puede ver como un sustituto de la marihuana para embarazadas que tienen algún miedo a esta. Por otra parte, su fuerza es comparable a la de algunos medicamentos, por lo que se recomienda no conducir o manejar maquinaria después de fumarla.
En comparación con la marihuana, de la Wild Dagga se fuman los pétalos naranjas de las flores, solas o con otras hierbas, pero también las hojas, algo que no tiene tanto uso en el cannabis. También es posible macerar estas últimas o usar raíces y tallos para infusiones, algo que los usuarios avanzados de cannabis hacen con esta otra planta para aprovechar todo lo generado.
La leonurina, el secreto de la planta
Ya en el siglo XX, en la década de los años 30, los químicos chinos Seiko Kubota y Seikichi Nakachima aislaron un alcaloide de la ‘Leonorus sibiricus’, también miembro del género ‘Leonotis’ y originaria de su país, Mongolia y Siberia, aunque hoy se encuentra en todo el mundo.
El alcaloide, hidrosoluble y responsable de su parecido con el THC, es la leonurina. El Gobierno chino ha mostrado un gran interés en este elemento: a finales de los 90 consiguió sintetizarlo para investigar su uso en varias dolencias ginecológicas. Sin embargo, hasta la fecha no ha trascendido cómo se hizo esa síntesis. Por otra parte, se han investigado en animales los efectos antinflamatorios y analgésicos de la ‘Leonotis leonurus’.
Cómo plantar la ‘Leonotis leonorus’
Una vez conocemos su potencial, probablemente muchas personas quieran plantar ‘Leonotis leonorus’ en su casa. Después de tener las semillas (hay que evitar confundirla con otras plantas de la familia de las lamiáceas, que no tienen efecto psicoactivo), toca comenzar con el cultivo. Su floración es de la primavera a comienzos de otoño, algo ideal, porque no soporta las heladas. Es de fácil cultivo y le gusta estar al sol; de hecho, tolera bastante bien los periodos secos, y basta con regalar cuando el sustrato esté seco por completo. Si el clima es lo suficientemente bueno, se cultiva al aire libre, pero si vivimos en un lugar más fresco, lo ideal es hacerlo en macetas que podamos resguardar en los peores días. Sea en uno u otro lugar, lo ideal es que drene bien.
Entre sus cuidados, tan solo pide limpiar las ramas (genera muchas) que vayan quedando apagadas y limpiar en primavera su frondosidad. En caso de que vivas en un lugar sin mucha discreción, has de saber que la ‘Leonotis leonorus’ alcanza entre 1 y 1,5 metros de altura (en algunos casos hasta los 1,8 metros), a lo que hay que sumar esas muchas ramas que genera; tenlo en cuenta si has de evitar la mirada de curiosos.
Además de todas sus virtudes, la ‘Leonotis leonorus’ se cultiva mayoritariamente para decoración, gracias al colorido de sus flores naranjas. En el sur de África, llama la atención porque atrae a mariposas y pájaros que se alimentan de néctar, por lo que te puedes asegurar una presencia de animales en tu jardín, además de la propia belleza de la planta cuando la cultivas para obtener sus beneficios psicoactivos. Una combinación ideal para una planta que la comunidad cannábica ha de reivindicar. Y que, quién sabe, quizá algún día veamos comercializada en forma de extractos o demás familia de productos.
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